Del 1 al 7 de Agosto 2018 se celebra la semana Internacional de lactancia (en inglés es la breastfeeding week). Con este motivo, quería compartir mi experiencia dando el pecho 8 meses a mi mini. De momento, seguimos con la lactancia.
Los principios:
Tuve la suerte de dar la luz en un hospital certificado IHAN (aquí puedes leer mi historia de parto respetado). Ha sido un factor clave en mi caso para que la lactancia arranque bien. Me había informado mucho sobre lactancia, había leído «Un regalo para toda la vida» de Carlos González, pero aún así dudaba, y mucho. Después del parto, no sabía si iba a ser capaz YO de dar de comer a un bebé y que no se muera en el intento. Sí, así de claro, cada hora que pasaba pensaba que la iba a matar por querer dar el pecho. Compartí mis dudas con las matronas, que me apoyaron mucho, diciendo que si la niña mojaba bien pañales y que se la veía bien, que no había problemas. Hasta les dije que a lo mejor había que darle un suplemento y me dijeron que no. Benditas matronas.
Tuve una subida de leche, muy fuerte. Lo siento, Carlos González, los pechos de piedra no es consecuencia de no dar a demanda. Hay mujeres que aún dando a demanda, tienen pechos de piedra, aveces por desajustes hormonales. En mi caso, siempre he tenido la prolactina alta, y tuve una subida de leche tremenda, tenía hasta quistes en las axilas de la subida tan fuerte que viví. Benditas matronas otra vez, me enseñaron a sacar un poco de leche cuando me tenía que aliviar, y me dijeron de evitar el sacaleches. Otro muy buen consejo.
El único problema era que la niña tenía hoyuelos cuando mamaba, me dijeron de tener cuidado y posicionarla bien, pero aún así seguía. No me dieron solución a este problema, ni tampoco porque hacía un pequeño chasquido.
Así que nos volvimos a casa, maridin, mini y yo bastante más tranquila. El único «problema» es que la niña no paraba de mamar. Los días fueron pasando y seguía así. Mi subida de leche se solucionó después de unos días de dolor y las cosas parecían ir bastante bien, aunque la niña estaba pegada al pecho todo el día.
No he tenido grietas apenas, solo los pezones irritados por el arranque de la lactancia. Sangraron un poco el primer día, pero puse leche materna y al aire y en dos días no tenía nada. Eso sí, no he podido ponerme una camiseta en dos semanas.
Todo bien hasta la tercera semana más o menos cuando empezó a atragantarse en su cuna y a ponerse a llorar de forma desconsolada horas y horas, con vómitos de leche digerida entre llantos. Descubrimos que tenía reflujo.
Fuimos a ver la pediatra de la seguridad social. ¿Su consejo? Había que espaciar las tomas y darle agua si pedía más.
Y tonta de mi, desesperada de tener una niña llorando todo el día seguí su consejo.
Y no falló: la niña no cogió peso suficiente. ¿Su solución? Darle leche artificial porque mi leche ya no le proporcionaba nutrición suficiente. Y por supuesto, darle cereales para qu engorde. Cómo no. Si señores, de esta manera más tonta han fracasado muchas lactancias. Y da igual que le dijera que me había dicho de espaciar las tomas y que a lo mejor por eso no cogía peso.
Menos mal que iba informada y sabía que lo que más le iba a engordar era la leche. Me puse en contacto con la persona responsable en la leche league también para que me diera su opinión. Le doy las gracias otra vez porque me dijo que efectivamente la niña no cogió el peso adecuado, y que había que darle a demanda, da igual que sea cada hora. Y que para que suba la producción más rápido, que haga la extracción poderosa y le de lo que me podía extraer.
Tengo la suerte de que mi cuerpo produce leche muy fácilmente, y menos mal.
Pegue a la mini día y noche al pecho y así conseguimos recuperar el peso. El sexto mes cogió un kilo y volvió a entrar en su percentil de nacimiento.
Aquí su evolución:
Ahora la niña tiene ocho meses y sigue mamando, y mucho. Además estos calores no ayudan.
Pero disfruto de esta lactancia, mi mini parece que disfruta también, y lo más importante de todo, está creciendo sana. Ya va cogiendo el peso adecuado y el pecho nos facilita mucho la vida.
Resumiendo mi experiencia lo que diría:
Lo positivo:
- Sé que estoy dando lo mejor a mi bebé, una leche adaptada y hecha para ella.
- Permite dormirla muy fácilmente y rápidamente
- Un vínculo especial con mi bebé
- Si haces colecho, no necesitas ni despertarte para dar el pecho y duermes mejor
- Cuando estás de viaje, es muy cómodo, siempre tienes la comida preparada
- Cuando tu bebé está enfermo, desarrollas anticuerpos para que se cure más rápidamente
- No doy una leche prevista para un ternero modificada en laboratorio.
- Es más económico
Lo menos positivo:
- Aunque parezca algo natural, requiere mucho aprendizaje
- Existen muchos mitos y falsas creencias acerca de la lactancia que la pueden hacer fracasar
- Aveces, puede resultar complicado dar el pecho fuera de casa
- No sabes si lo estás haciendo bien porque no sabes cuántos ml tu bebé está tomando. Es algo totalmente psicológico porque con los pañales sabes si se hidrata bien pero cuando eres primeriza tienes muchas dudas
- Te puede agobiar el estar separada de tu bebé, porque no sabes si darle biberón, jeringa, vaso, etc
Y ¿tú has dado el pecho? ¡Comparte tu experiencia conmigo en comentarios!